Por su humor, que conecta de manera extraordinaria con el lector, y porque es imposible no encariñarse con Olivia, su protagonista.
A Olivia le gusta cantar a todo volumen, probarse toda su ropa cada vez que se viste, ir a la playa y construir castillos de arena, imaginar que es bailarina o cantante de ópera, darle lata al gato, deshacerse de su hermanito, pintar murales, sacar de quicio a todo el mundo. En fin, es una cerdita que se divierte a lo grande.
Por su humor, que conecta de manera extraordinaria con el lector, y porque es imposible no encariñarse con Olivia, su protagonista.